jueves, 19 de junio de 2014

Eli no volverá



 Eli no volverá, me lo repito desde los 6 años una y otra vez, y todavía no soy capaz de olvidarla, no soy capaz de no soltar unas cuantas lágrimas si la pienso. Dicen que el primer amor no se olvida, y no lo llamaré amor, pero Eli fue la primera persona con la que compartí una relación afectiva no familiar. La recuerdo como si fuera ayer, corriendo en el patio del colegio; eramos mejores amigas, íbamos a la misma clase, siempre juntas, compartíamos todo, nos queríamos un montón. Además de compartir cole, éramos vecinas, sólo tenía que cruzar la calle si quería verla, hoy debería cruzar el charco para empezar a buscarla.

De vez en cuando me pregunto que habrá sido de su vida, si le seguirán gustando las chicas, si nos volveríamos a gustar en un improbable reencuentro. Me pregunto si seguirá llevando esas coletas imposibles (bueno, imposibles para mi pelo lacio) con lazos, si seguirá riéndose a carcajadas, si su mirada seguirá brillando, esa que me encandiló; me pregunto si sigue siendo tan interesante y divertida, si seguirá jugando a echarse la siesta con sus amigas. Me pregunto temerosa, si por el contrario, se echó novio, se casó y tuvo hijes, si tiene trabajo fijo y su vida fluye sin altibajos, si me olvidó para siempre, si ni siquiera se acuerda que fuimos amiges.

Pero a veces sueño, sueño que se acuerda de mí como yo de ella, sueño que me busca en la noche, sueño que es una rebelde inconformista, sueño que estamos conectades con la luna, sueño que se siente tan SCUM como Valerie, sueño que es una activista, que es feminista y que su trabajo gira en torno a las mujeres, sueño que nos tocamos otra vez y que no perdimos la inocencia todavía, sueño que nada cambió, que seguimos recorriendo la corrala jugando al pilla pilla, sueño con un encuentro casual, nos miramos, nos abrazamos y lloramos.

Despierto, y al bajar a la calle la realidad se hace bofetada, el Murder King me saluda y se ríe de mí por partida doble, por vegana y por destruir la casa de Eli, la derribaron para construir en su lugar un maldito edificio de pijxs. Eli no volverá, toca asumirlo, Eli no volverá, pero yo le reservo un cachito de mi cariño, Eli no volverá, ni volverán las sensaciones que sentí con ella. Eli no volverá y les adultócratas no entenderían por qué dos niñes pudieron quererse así, ni por qué la echo de menos, seguirán creyendo que el cariño y la sexualidad es cosa de adultes, han destrozado tanto nuestros deseos que no pueden entendernos. Eli no volverá, pero cuando les dos muramos la tierra nos unirá de nuevo.

Dedicado a Eli, a las siestas juntas, a las meriendas con galletas, a las carreras en el patio. 
Dedicado también a todas las personas que sintieron ese cariño cuando fueron niñes y que no se atrevieron a expresarlo porque era un terreno reservado para les adultes, a todes elles mi cariño.