sábado, 27 de julio de 2013

Que sólo nos limite el tiempo

 
Que sólo nos limite el tiempo, que nuestras mentes y cuerpos corran libres, que cuando nuestras lenguas se enreden no limiten otras lenguas, que mi cuerpo no domine otros cuerpos ni se deje dominar, que mi espíritu no se domestique nunca, que conocernos sea un paso para ser libres, no para someternos. Que sólo me limite el tiempo; quiero besaros, morderos, abrazaros, reír, compartir mis sueños y emociones con vosotrxs, quiero estrujar cada segundo con cada unx. Que sólo el tiempo sea quien marque el principio y el final, que nuestras mentes fluyan siempre libres, que caminar juntxs no signifique fundirnos ni diluirnos, que caminar juntxs sea compartir senderos y aceptar que a veces los caminos se separan, en ocasiones para siempre. Que sólo el tiempo marque nuestra muerte, que recorramos la vida teniendo su final presente, que sintamos su intensidad, y que el miedo que nos suscita se convierta en la fuerza para conseguir nuestros sueños, que sea la fuerza para cambiar el mundo, nuestro mundo. Que no se nos escape el tiempo matándolo, que la aventura de cada día supere a la rutina de cada día, que la incertidumbre se oponga a la seguridad, que nuestra vida sea inestable, arriesgada, diferente, cambiante, que nos acostemos orgullosxs pensando en lo que hicimos y nos levantemos con ganas de comernos el mundo.

martes, 23 de julio de 2013

Aprendiendo a volar sola

Retiro espiritual, tiempo de reflexión, segundos soñando el futuro, minutos a solas, horas que no pasan hasta que pasa algo, días para mirarme con lupa (por dentro y por fuera), una semana que pasa deprisa para empezar a ir más despacio.

Cuando te enfrentas a ti misma salen todos los miedos y mierdas que habías querido tapar tiempo atrás, por eso me gusta hacer limpieza interna. Estar sola me enseña que a veces dependo demasiado del resto de gente con la que vivo y de mis colegas, a nivel emocional siento que les necesito. No es que quiera estar sola por siempre, pero me gusta aprender a ser independiente. En estos días no valía tapar la soledad con internet ni tele ni teléfono, leer y escuchar música eran mis vías de escape en casa; la bici, la fotografía y la playa hacían el resto para que los posibles bajones se pasaran de una forma más dulce. Las noches resultaban más duras, me entraban ganas de llorar y no podía soltar casi ninguna lágrima. Quizás tuve suerte o quizás mis energías hicieron que el viernes saliera de mi aislamiento social, encontrando una cara amiga y conociendo a unos chavales. Empezar de cero en un sitio en el que no conoces a nadie es duro pero hay que echarle valor; así que yo, por si acaso, todas las noches cogía la bici y me daba una vuelta en busca de calor humano, al final lo encontré. Sobretodo echaba de menos esas risas locas que me echo con mi gente, y descargar esas ganas de reír, aunque sea con desconocidos, fue genial.


El cambio de estos días se refleja también en mi físico, tenía en mente ya desde hace meses raparme la cabeza, y el primer día de mi viaje en soledad decidí hacerlo, lo necesitaba, y hasta que no lo hice no me quedé a gusto. Ahora voy más fresquita y cómoda por el mundo. Ahora ya no siento que dependa de un bonito pelo para ser bonita, ahora soy yo y va a dar igual que tenga el pelo corto, largo o mitad de cada.


Hubo momentos tristes en los que sentía que el suelo se hundía bajo mis pies, pero hubo otros en los que me sentía tan plena que la muerte no me asustaba. Esos momentos se los debo al mar, al ruido de las olas, a la brisa, a la luna llena, al sol... Que mi parte animal conecte con la naturaleza me hace sentirme más viva que nunca y que la soledad no sea tal, ella siempre me acompaña.

martes, 2 de julio de 2013

Adictas a la tristeza

Adicta, porque me engancha, porque me duele y quiero más, porque sé que no me sienta bien, porque aun así sigo queriendo sentirla una vez más, porque me desgarra por dentro y a pesar de todo la busco, y sino la busco ella siempre me encuentra, porque quiero dejarla y no puedo, nunca podré, es una compañera eterna, la brevedad eterna que dura la vida.

Tristeza, tristeza que no me abandonas, tristeza que anda entre las sombras acechando en los momentos de flaqueza, tristeza, que sin ella las alegrías no tendrían sentido. Tristeza cuando sangro por dentro y cuando sangro por fuera. Tristeza porque me da la gana, tristeza porque hace años se murió mi abuela y seguimos conectadas, tristeza porque muchas más murieron sin probar la vida, tristeza por la sexualidad perdida en cada útero bloqueado, tristeza en momentos alegres, fugaces como una sonrisa, tristeza porque la vida se nos escapa con cada latido y la dejamos morir por cada corazón roto, tristeza porque no entiendo nada, tristeza porque entiendo todo demasiado bien y no me gusta lo que veo, tristeza porque el mundo es una mierda, tristeza si lucho, mucha más tristeza si dejo que la corriente me arrastre, tristeza porque os quiero y el tiempo nunca es suficiente, tristeza cuando estoy sola, tristeza si estoy contigo, tristeza porque sé que muero, tristeza por seguir viva.

Tristeza, te odio y te quiero, te mataría si pudiera, pero te necesito. Te necesito porque me ayudas a pensar, a pensarme y a mirarme a mi misma, porque me haces ver que nada es para siempre, porque cuando salgo de ti los buenos momentos son mucho más intensos. Intensidad, como saber que la muerte nos llega a todas y notar el sabor de la sangre cuando te muerdo, intensidad es lo que quiero sentir y tú me ayudas, por eso soy adicta a ti, mi única droga.


Este texto se lo dedico a todas las personas que están, han estado o estarán tristes en algún momento de su vida, y estando en ese proceso de la vida alguien les ha querido obligar a salir de ese estado a base de hacerles sentir peor, porque la tristeza de otras les ha recordado su propia tristeza y no han sabido plantarle cara a sus miedos. Por nuestro derecho a estar tristes, a enfadarnos, a cabrearnos y romper cosas; porque la felicidad son momentos que vienen y no un estado perpetuo; por el derecho a llorar y gritar a pleno pulmón en cualquier momento y lugar sin ser juzgadas. Por mí, por todas.